DE
AZUCAR Y CARMIN
La toqueteó de arriba a abajo
como buscando
Algo que le gustara. Algo que lo
hiciera feliz.
Luego, lamió su virginal cuerpo.
Emocionado
Erecto. Perdido ¡Si tan sólo
hablara el tapiz!
La manoseó. Luego de drogarse harto
extasiado
De ese perfume vaginal comenzó,
con tal frenesí,
A bajarle su braga rosada. Ya.
Demasiado
Suspenso. Sin esperar que ella
dijera, al menos, sí…
La llevó a la cama. La desnudó,
de manera sutil,
Hasta dejarla cual Eva.
Seguidamente, fue dando
Caricias a sus partes mientras su
busto, ya senil,
Rozaba con el suyo. En tanto, él
mismo se iba dando…
…placer. A sus ya ochenta,
ilusionaba lo deseado:
Mojarla de vida. Pero él mismo lo
veía venir:
Siempre roble, jamás volcán. Ya
desilusionado
Se conformó, con sólo sus dedos,
hacerla sentir.
Justo en ese momento sonó las
tres de la tarde
En el campanario. Satisfecha y
harta amable
Se despidió la catequista,
disimulando el esplín.
“Hasta luego. Nos vemos la semana entrante, padre.
Écheme
la bendición” Y
se fue con un agradable
Olor entre sus piernas. Un olor
de azúcar y carmín.
AUTOR:
ERRM
FECHA.
LUNES, 04 DE FEBRERO DE 2019
ORIGINAL
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