DIOSA

 DIOSA

Atrapado,
Entre el almíbar sagrado de tus piernas,
entre las marañas de tu negro pelo,
sin más libertad que respirar tu mismo aire.

Extasiado,
de tu aroma a bouquet de gladiolas frescas,
de tu delicioso olor a caramelo,
no me resisto a saciar contigo mi hambre.

¡Oh, diosa de grandes senos, de poblado monte!
la fragancia de tus pies perfuma mi semblante,
desvías la brújula de mi entrepierna al norte
de tu cintura tan cuidada y rozagante.

Tuyo el «tic-tac» de mi corazón tan titilante,
tuya cada gota de mi simiente. Mi nombre.
Mío, el humilde placer de poder contemplarte
desnuda, abierta...haciéndome sentir hombre.

Tus manos, las únicas que pueden desnudarme,
son tan suaves como seda. Tan fuertes como roble.
Me fascinan tus mil azotes, para obligarme
a que presto te bañe de mi simiente noble.

Castigado,
cual niño, con cardenales en el cuerpo,
dejo que tus labios besen cada marca
de mi espalda. Donde no ha mirado nadie.

Y cansado,
finalmente, después de tanto vapuleo,
me dejo arrullar por tí hasta mañana
cuando retorne mi señora por la tarde.

AUTOR: ERRM
FECHA: MIÉRCOLES, 20 DE MARZO DE 2024

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